lunes, 17 de febrero de 2014

Quo vadis, Domine? Reverente y filial Mensaje a Su Santidad el Papa Francisco, del Príncipe Dom Bertrand de Orleans y Braganza

S.A.I.R. Príncipe Dom Bertrand de Orleans y Braganza


Quo vadis, Domine?
Reverente y filial Mensaje
a Su Santidad el Papa Francisco
del Príncipe Dom Bertrand de Orleans y Braganza
Movimientos que combaten obstinadamente la propiedad privada,
inclusive por medio de acciones violentas, son invitados a participar de reuniones
en importantes organismos de la Santa Sede y uno de ellos es recibido por el Pontífice
Me dirijo a Vuestra Santidad en mi doble carácter de Príncipe de la Casa Imperial de Brasil y activo participante de la vida pública de mi País, para hacerle presente una grave preocupación concerniente a la causa católica en el Brasil y en América del Sur en general.
Es bien conocido de los brasileños el hecho de que fue a instancias del Papa León XIII, y a pesar de los previsibles inconvenientes políticos que de allí derivarían, que mi bisabuela, la Princesa Isabel, regente del Imperio, firmó el l3 de mayo de 1888 la Ley Áurea, aboliendo definitivamente la esclavitud en el Brasil. Ello le costó el trono, pero le valió pasar a la Historia como La Redentora, y recibir de manos del Papa la Rosa de Oro, en recompensa por su abnegación en favor de la armonía social y de los derechos de los más desvalidos.
Movido por el mismo sentido de justicia y dedicación al bien común de mis antepasados, me honro en haber dado inicio y animado durante 10 años la campaña Paz en el Campo[i], la cual promueve la armonía social en el agro brasileño. Tarea tanto más imperiosa cuanto, en las últimas décadas, el medio rural de mi País viene siendo notoriamente conturbado por una secuencia de invasiones de tierras, asaltos, destrucción de plantaciones, expropiaciones confiscatorias, exigencias ambientalistas sin propósito e inseguridad jurídica.
En el meollo de esa agitación agraria — que es el principal obstáculo al pleno desarrollo de la  agricultura y la ganadería brasileñas, responsables por 37% de los empleos en el Brasil[ii] y por cerca da la mitad de los nuevos empleos creados en el primer semestre de 2013[iii] — se encuentran el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, más conocido por su sigla MST, y la organización internacional La Vía Campesina.

[1] Dirigente nacional del MST se aprovecha de seminario convocado por organismo de la Santa Sede como tribuna para insuflar la lucha de clases
Por eso, fue con consternación que tomé conocimiento de la invitación enviada por la Academia Pontificia de Ciencias al Sr. João Pedro Stédile, coordinador nacional del MST y representante de la Via Campesina, para participar como observador de un seminario organizado por la referida Academia, en Roma, el dia 5 de diciembre de 2013, sobre La emergencia de las personas socialmente excluidas, con los gastos de viaje pagados por el Vaticano, según declaró el propio favorecido.
Esa consternación se difundió en los más variados medios católicos, pues, como era previsible, el conohecido agitador del MST se aprovechó del evento como tribuna para promover, una vez más, sus principios erróneos y falsas soluciones, ambos basados en la premisa marxista de la lucha de clases y en la utopía de una sociedad colectivista.
En efecto, apenas dos días después del simposio realizado en dependencias de la Santa Sede, el Sr. João Pedro Stédile profirió una disertación para los militantes de la ultra izquierda altermundialista italiana, en un antiguo teatro de Roma ocupado por ellos. En su alocución, reproducida por la Agencia de Notícias Adista[iv], él hace apología de sus métodos ilegales. Según dijo, “el camino de los cambios por la vía institucional parece decisivamente bloqueado”; y hasta se jactó de que “todo lo que el MST ha conquistado en el curso de sus 30 años de vida es debido a la práctica de las ocupaciones de masa”, o sea, de la violación sistemática de la propiedad privada en el medio rural.
La necesidad de ese recurso a la ilegalidad y hasta a la violencia por parte del MST derivaría, según Stédile, del hecho de que “en el actual contexto histórico, la correlación de fuerzas a nivel de lucha de clases es bastante desfavorable a las clases trabajadoras” — o sea, a las izquierdas que usurpan la representatividad del sector obrero.
Stédile admite incluso que “el mundo vive un período de reflujo del movimiento de masa” que afeta al propio MST, debido a que “las condiciones de la lucha de clases resultan más difíciles: las masas perciben la imposibilidad de una victoria, y se vuelven atrás”.

[2] “La curva de la lucha de clases será mundial … y la tierra temblará”
Pero él afirma que esa falta de apoyo popular no debe desanimar a las fuerzas de izquierda. Apelando a la “escuela de los marxistas históricos británicos”, el líder de los invasores de propiedades espera que el actual período de reflujo sea también un “período de resistencia… preludio de un proceso de retomada”.
Ese período de resistencia — que según él podrá llevar “algunos años” — deberá servir para “aprender las lecciones de la lucha de clases en el curso del tiempo”. Y el MST debe aprovecharlo para su “formación política”, valorizando y estudiando Marx, Lenin, Gramsci, pero también los brasileños Paulo Freire, Josué de Castro y tantos otros”, dijo Stédile a sus oyentes altermundialistas italianos.
Permítame, Santo Padre, resaltar la amenaza con la cual Stédile concluyó su arenga: señalando que es preciso que “la clase trabajadora se reúna a nivel internacional”, pero que esto sea hecho por fuera de las ONGs y de los Fórums Sociales — dado que estos habrían fracasado en la tarea de “organizar al pueblo” —, indicó que ahora es preciso reunir “todos los movimientos sociales del mundo” en “otro espacio” de confrontación al capital financiero internacional. De esa forma, concluyó, “la curva de la lucha de clases será mundial y, por tanto, cuando comience la fase de ascensión, será así por todas partes. Y la tierra temblará.

[3 ] Stédile se jacta de haber conseguido apoyo en el Vaticano y Leonardo Boff se regocija con eso
La tierra por el momento no tiembla. Pero no puedo dejar de preguntarme, Santo Padre, cuál es la razón de que ese paladín de una utopía revolucionaria tan entrañadamente anticristiana y promotor de la violación sistemática de las leyes haya sido invitado por la Pontificia Academia de Ciencias. Pues es obvio que, siendo las clases populares cada vez más refractarias a la prédica revolucionaria, el interés del líder del MST y de los revolucionarios en general sólo puede ser su pretensión  de utilizar a la Iglesia Católica y organismos de la Santa Sede como compañeros de ruta en esa utópica aventura (de allí el llamado a estudiar Gramsci, el gran ideólogo de esa estrategia).
Es lo que admite el propio J.P. Stédile en entrevista[v] concedida después de su charla en el Teatro Valle Occupato, jactándose de haber conseguido “motivar a que el Vaticano nos ayude con la Vía Campesina y como movimientos sociales a que organicemos en el próximo año diversas conferencias”.
Él espera, además, que se establezca “de ahora en adelante un diálogo mayor del Vaticano con los movimientos sociales”, cuyo resultado sería que “en nuestros países [...] las iglesias locales oigan a los pueblos y no al Nuncio apostólico, que es un burócrata al servicio de no sé quién (destaques míos). Es así que él retribuye el invitación y el pasaje aéreo que dice haber recibido del Vaticano…
¿Cuáles serían los miembros de esas “iglesias locales” que así descalifican al representante de la Santa Sede a pretexto de oír a “los pueblos”, sino los adeptos de la Teología de la Liberación?
Es bien sintomático el tono eufórico con el que uno de los más publicitados corifeos de esa corriente, el ex-fray Leonardo Boff, comentó la incursión del Sr. Stédile en el Vaticano[vi].
Boff manifestó su regocijo por el hecho de que “los pobres y excluidos” — en verdad, los líderes extremistas de izquierda — sean ahora “convocados a Roma, junto a la Sede Apostólica, para hablar por sí mismos”. Destacó que “el tema habla por sí: La emergencia de los excluidos. Eso nos remite a un tema central de la Teología de la Liberación, aún en sus comienzos: La emergencia de los pobres”.
Según el ex-religioso, el simposio en cuestión puede significar “el comienzo de una nueva voluntad de reinventar [sic] la Humanidad. ¡Cómo esto recuerda el mito del “hombre nuevo” colectivista, soñado por Marx!

[4] Mensaje de saludo a la organización internacional responsable por actos de vandalismo
Todo cuanto anteriormente fue expuesto, Santidad, es propio a chocar a millones de católicos brasileños que conocen de cerca el pasado de violencia, de crimen, de destrucción y de miseria que el MST y la Via Campesina han dejado atrás de sí en el curso de 30 años de ocupaciones ilegales de tierras y de dominio totalitario sobre los militantes que reúnen en sus campamentos.
Esos brasileños quedarán aún más desconcertados cuando tomen conocimiento de que, además de la invitación enviada a João Pedro Stédile para participar del referido seminario de la Pontificia Academia de Ciencias, Vuestra Santidad grabó en video, en esa ocasión, un mensaje de saludo a los integrantes de la Via Campesina.
Tal vez Vuestra Santidad no haya sido informado de modo cabal, pero esa organización subversiva quedó tristemente conocida de los brasileros en abril de 2006, a través del llanto conmovedor, ante las cámaras de TV, de la investigadora Isabel Gonçalves, que vio un meritorio esfuerzo de 20 años de investigación científica aniquilado por el ataque vandálico de 2.000 militantes de esa organización contra la empresa Aracruz Celulosa, en Rio Grande do Sul[vii]. Los invasores, en operación perfectamente sincronizada, depredaron grandes invernaderos experimentales, sistemas de riego y viveros de plantines, incendiaron instalaciones y destrozaron modernos equipos de laboratorio.
¿Puede Vuestra Santidad calcular cuánto les sonará inverosímil, a los millones de telespectadores que asistieron espantados al llanto desconsolado de la científica, saber que Vuestra Santidad, en ese video, estimuló a la Via Campesina a “seguir adelante” — precisamente o que a científica no pudo hacer, o sea, proseguir con sus pesquisas meritorias?[viii]‘
Ese procedimiento de la Vía Campesina no fue el único, Santo Padre. Para no extenderme de más, aduzco apenas otro ejemplo. En junio de 2008, miembros de la organización destruyeron las pesquisas de la Estación Experimental de Caña de Azúcar de Carpina, en la Mata Norte, órgano ligado a la Universidad Federal Rural de Pernambuco (UFRPE). Alrededor de las 4 horas de la madrugada, cerca de 200 integrantes de la Vía Campesina llegaron al local en dos ómnibus y redujeron al vigilante de la estación. En una acción rápida, que duró cerca de una hora, destruyeron plantaciones experimentales en el campo y pesquisas del Centro de Vegetación para Experimentos. En los locales había pesquisas de la referida Estación Experimental y de estudiantes de maestría y doctorado.
De acuerdo con el director de la unidad, Djalma Eusébio, el perjuicio científico y tecnológico es incalculable: “Ellos destruyeron plantas que hacían parte de pesquisas de mejoramiento genético que duram más de diez años. Había trabajos que estaban siendo desarrollados hacía más de dos años y fueron completamente destruidos. No hay cómo recuperar el perjuicio”, dijo. Los manifestantes huyeron antes que la policía llegase y dejaron dos banderas en el campo[ix].
En cuanto a las destrucciones operadas por el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) durante sus invasiones criminales, sería preciso escribir un extenso libro para relatarlas. Ahorro a Vuestra Santidad ese sinsabor.

[5] ¿Como interpretará la Via Campesina el estímulo del Papa Francisco de “seguir adelante”?
Los integrantes de la Vía Campesina probablemente interpretarán vuestras palabras de “seguir adelante” como aplicables a sus acciones delictivas arriba descritas. Es ese caso, ellas estarían en nítido contraste con las categóricas palabras con que su predecesor, S.S. Juan Pablo II, retomando la enseñanza de León XIII, condenó, en tres oportunidades, entre 1991 e 2002, las ocupaciones ilegales de tierras.
En particular, la advertencia de Juan Pablo II a los Obispos da la Regional Sur l de la CNBB, en visita ad limina apostolorum, en marzo de 1995, cuando reiteró la enseñanza tradicional de la Iglesia: “Recuerdo, igualmente, las palabras de mi predecesor León XIII cuando enseña que ’ni la justiçia, ni el bien común permiten damnificar a alguien o invadir su propiedad bajo ningún pretexto (Rerum Novarum, 55). La Iglesia no puede estimular, inspirar o apoyar las iniciativas o movimientos de ocupación de tierras, sea por invasiones por el uso de la fuerza, sea por la penetración subrepticia de las propiedades agrícolas”[x] (destaques míos).
Advertencia que S.S. Juan Pablo II reiteró en noviembre de 2002, con las siguientes palabras: “Para alcanzar la justicia social se requiere mucho más que la simple aplicación de esquemas ideológicos originados por la lucha de clase como, por ejemplo, a través de la invasión de tierras — ya reprobada en mi viaje pastoral en 1991”[xi].

[6] Líder cartonero argentino considera que la propiedad es un robo y sueña con un socialismo fuertemente planificado
Es de admitirse, entre tanto, que Vuestra Santidad no haya tenido conocimiento de los hechos delictivos envolviendo a la Vía Campesina en el Brasil, y que las palabras “seguir adelante” no pasen de una forma estilizada para concluir su saludo.
No obstante — séame permitido decirlo con todo respeto — mi perplejidad sería mayor en la eventualidad de que Vuestra Santidad no supiese perfectamente quién es Juan Grabois, argentino militante de la “izquierda popular” peronista, también invitado por la Pontificia Academia de Ciencias, no sólo para ser uno de los organizadores del referido seminario, sino también para ser el primero de sus relatores. O sea, aquel que daría el tono a coloquio subsecuente.
Articulador de la red de cartoneros — los catadores de papel de Buenos Aires — en el llamado Movimiento de Trabajadores Excluidos, y uno de los fundadores de la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular, ese abogado y militante de la izquierda peronista no esconde sus convicciones abiertamente marxistas.
En artículo para AgendaOculta.net[xii], Grabois sustenta que la “acumulación originaria” de riqueza de las classes acomodadas “proviene de algún gran crimen” que “el tiempo no lavará jamás”. Para él, tal riqueza particular es necesariamente fruto de “saqueo, esclavitud, rapiña, contrabando, evasión de capital, trata de personas, tráfico [de estupefacientes], usurpación, estafa, corrupción, malversación de fondos públicos…”.
Y añade: “Son éstos, y no otros, los métodos que tiene en el menú todo aspirante a burgués”. En esa calificación incluye a los trabajadores de la economía informal que, cuando tienen éxito en sus esfuerzos, pasan ipso facto, según afirma, de autoexplotados a explotadores y establecen, también ellos, “sistemas pericapitalistas de acumulación basados en el delito, en la explotación, en la esclavitud y en la violación de todos los derechos sociales” de sus colaboradores y socios.

O sea, todo propietario particular sería un ladrón por el simple hecho de ser rico: es la vieja tesis de Marx y Proudhon. Vuestra Santidad notará que una simplificación tan groseramente unilateral, un tal odio de clases al llamado “burgués” y a la propiedad privada, como a la libre iniciativa y al sistema salarial, está en las antípodas del pensamiento de la Iglesia, y no puede sino desembocar en el “socialismo real”.
Es precisamente lo que propone el ideólogo de los cartoneros argentinos: “La construcción de una economía popular solidaria, austera, no consumista”, la cual presupone un “marco estratégico” definidamente socialista y estatizante: sólo cuando la economía sea “socializada y planificada”[xiii], dijo él, se podrá realizar la “sociedad sin explotados ni explotadores”, lo que implica “una intervención fortísima del Estado”[xiv]. Tal intervención será abarcativa y omnímoda: “regulando, planificando, complementando y subsidiando las unidades productivas populares”[xv].
Cabe preguntar: ¿en qué se diferencia ese modelo de una vuelta a la difunta Unión Soviética?…
Veneno marxista en un envoltorio humanitario: tales son las ideas básicas de ese abogado revolucionario. Entre tanto, Vuestra Santidad invitó a sus cartoneros a subir al estrado de la Playa de Copacabana, durante el Via Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud[xvi], además de tributarle otros gestos de acogida, como la audiencia que le concedió[xvii], por dos horas, en el mes de agosto pasado, en su residencia de Santa Marta.
¿Envolverían estos gestos de Vuestra Santidad un apoyo a la línea trazada por el ideólogo Juan Grabois? He ahí mi filial y respetuosa pregunta.

[7] En los recintos del Vaticano resuenan las elucubraciones anti-capitalistas de Karl Marx
Naturalmente el Sr. J. Grabois aprovechó ávidamente la tribuna inaugural del seminario del 5 de diciembre para apoyar sus análisis en el marxismo, y “explicar” al Cardeal Turkson, de la Comisión Justicia y Paz, y a los demás participantes del evento, que Marx tenía razón, sólo que no antevió todos los desdoblamientos ruinosos del capitalismo!
Santo Padre, no abusaré del tiempo de Vuestra Santidad resumiendo la exposición de Grabois, intitulada Capitalismo de exclusión, periferias sociales y movimientos populares[xviii]. Apenas señalo qué él retoma viejos clichés marxistas sobre el “carácter estructural de la exclusión”, que para él “surge de las entrañas del sistema económico financiero global”, como “consecuencia de estructuras humanas injustas”. Por eso considera necesario “analizar el capitalismo en su fase actual” globalizada, así como “los nuevos antagonismos sociales que él genera”.
Esta cuestión, según el abogado marxista, ya fue abordada por Karl Marx en el capítulo XXIII de El Capital. No obstante, agregó, lo que Marx no previó es que, en el mundo globalizado, un segmento creciente de la población quedaría fuera del proceso productivo formal, constituyendo la “masa marginal” de los “trabajadores excluidos” que, para sobrevivir, entran en la esfera económica de la informalidad y constituyen “el sujeto social más dinámico de esta etapa histórica”. Fray Betto, citado por Grabois, califica a los trabajadores de este sector como “pobretariado” [sic!].
[8] MST y Vía Campesina, paradigmas del nuevo “pobretariado” que practica la acción directa como herramienta de liberación
Esos trabajadores informales serían supuestamente movidos por la aspiración por “un mundo sin explotación del hombre por el hombre, donde cada cual reciba según su necesidad y contribuya según su capacidad” (principio comunista bien conocido). O sea, ¡serían todos comunistas en potencia, utopistas marxistas puros, aun cuando no explícitos! Y esta clamorosa falsedad, Santo Padre — que seria risible si no fuese terrible — cuesta entender que haya sido predicada en recintos de la Sede Apostólica…
En esa disertación Grabois retoma la vieja dualidad marxista opresor-oprimido, para decir que hoy emerge un nuevo proletariado listo para la rebelión, constituido por los “descamisados del siglo XXI, los desempleados, los cartoneros, los indígenas, los campesinos, los migrantes, los vendedores ambulantes, los sin techo, sin tierra, sin trabajo”.
Este pobretariado se presenta con nuevas formas de articulación y nuevos medios de acción, dice Grabois, entre los cualeis destaca “diferentes formas de acción directa”, término eufemístico acuñado por los anarcosindicalistas franceses de comienzos del siglo XX para indicar ilegalidad y violencia. El empleo, hoy, de esa estrategia de la “acción directa” derivaría del hecho de que, mientras que los obreros industriales “cuentan con la huelga como principal herramienta, los excluidos sólo pueden hacerse oír a través de piquetes, movilizaciones y otras formas de lucha que suelen ser criminalizadas”.
Como paradigmas de esa “acción directa”, el activista cartonero menciona precisamente los movimientos invitados por la Pontificia Academia de Ciencias para participar del seminario por ella organizado: el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de la Argentina (en la persona de él mismo, Juan Grabois), así como el Movimiento de los Sin Tierra (MST) del Brasil (representado por el Sr. J.P. Stédile), que “forma parte de la Vía Campesina, con más de 100 organizaciones en todo el mundo”, con sede central en Indonesia.
[9] Apologia de una nueva sociedad colectivista e igualitaria
Lo mais increíble en esa contundente conferencia, es que el Sr. Grabois insiste en el hecho de que, aunque en la economía informal popular “los medios de producción necesarios están al alcance de los sectores populares”, eso no conduce a que tales medios se “exploten colectivamente” y puedan generar “relaciones sociales que sean horizontales” — en suma, para llegar a un régimen comunista.
Entonces es preciso que también la economía informal sea controlada por el “poder popular”— o sea, por nuevos soviets. De ahí nacería “una nueva sociedad”, que, como fácilmente se percibe, se identifica con el más puro comunismo.
Tanto más que, si el modelo de esa “nueva sociedad” es el de los asentamientos controlados por el MST, conviene no olvidar lo que Miguel Stédile (hijo de J.P. Stédile), de la coordinadora nacional del MST, declaró a la revista Época (N|° 268, julio de 2003): “Queremos la socialización de los medios de producción. Vamos a adaptar las experiencias cubana y soviética al Brasil[xix].
Santidad, para mi corazón de católico y brasileño resulta inexplicable que en los recintos sagrados de la Ciudad del Vaticano haya resonado una tal apología del comunismo — con su ideología fundada en la negación de la propiedad privada y en la lucha de clases — hecha por el Sr. Grabois 76 años después que el Papa Pio XI hubiese condenado ese sistema antinatural como “intrínsecamente perverso”[xx]!

[10] Además de la Pontificia Academia de Ciencias, Stédile y Grabois ponen sus esperanzas en el Pontificio Consejo de Justicia y Paz
Sobre todo no deja de causar perplejidad que el abogado que profirió semejante discurso haya sido invitado, por Vuestra Santidad, a una audiencia privada al dia siguiente. Y que, en el curso de esa audiencia, haya sido grabado el saludo ya mencionado para la Vía Campesina , y también un video de promoción del Movimiento de Trabajadores Excluidos, fundado y animado por un militante neomarxista convicto.
Es comprensible, pues, que la Vía Campesina el MST y el MTE se hayan apresurado a dar publicidad a tales eventos, como “un acontecimiento sin precedentes”, en un comunicado conjunto[xxi] ampliamente difundido en los medios, en el cual se insiste en que la “actividad fue coordinada por el canciller de la Academia, [Arzobispo] Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, a pedido del propio Francisco”.
El comunicado subraya que, “finalizada la jornada, Stédile y Grabois mantuvieron una prolongada reunión con el Cardenal Turkson, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, en la cual intercambiaron opiniones sobre diferentes cuestiones sociales y discutieron alternativas para dar continuidad al diálogo entre Iglesia y movimientos populares”.
De esos encuentros con prelados de la Curia Romana, el MST y el MTE esperan obtener incontables ventajas. El mismo Grabois afirmó, en entrevista a la Radio Vaticano[xxii]: “Tenemos que globalizar la  lucha (…). Y yo creo que en ese ámbito, incluso el Consejo de Justicia y Paz, con una persona como [el cardenal] Turkson, nos va a dar una mano”. Dijo también creer que “aunque parezca un poco extraño”, la Pontificia Academia de Ciencias “también está dispuesta a acompañar, en lo que le cabe, las reivindicaciones, nuestras posiciones, nuestras luchas, inclusive fortalecer los procesos de organización. Siempre en un ambiente de diálogo, de paz, de convivencia, de respeto por las instituciones”.
En cuanto a las promesas de paz y de respeto por las instituciones, por lo menos en lo que concierne al MST, me siento en el derecho de calificarlas de hábil disimulación para mejor conseguir el apoyo de la Santa Sede.
Mas, si la Pontificia Academia de Ciencias realmente se comprometió a contribuir para fortalecer los procesos de organización de los llamados “movimientos sociales”, como aseveraron esos líderes del MST y del MTE, no sorprende que el comunicado conjunto afirme que ambos movimientos comparten la “renovada sensación” de haber recibido “un importante apoyo en su lucha”, y que “se abre uma nueva etapa en la unidad global del campo popular”. Que es como decir: ahora sí, podremos hacer realidad la convocatoria de Marx y Engels: “¡Proletarios de todo el mundo, uníos!”
Por cierto esta “nueva etapa” no presagia nada de bueno para el Estado de Derecho y la alardeada democracia en nuestros países. Pues, según el mismo comunicado conjunto del MST y del MTE, “la democracia formal o burguesa falló. Las formas de representación están en crisis y no responden a los intereses de los pueblos. [...] Hay necesidad urgente de desarrollar nuevas formas de participación popular en los tres poderes y nuevas formas de representación política, en todo el mundo. Una democracia que, ademá s de formal, sea real”.
En otras palabras, el dúo MST-MTE propone el estilo de “democracia popular” vigente en Cuba o en la Venezuela chavista. O sea, una dictadura de hecho, y tanto más peligrosa cuanto que esos dos “movimientos sociales” aspiran a amordazar a la prensa libre: “La construcción de una democracia necesita democratizar, en primer lugar, los medios de comunicación”, afirman de modo eufemístico.

[11] ¿De dónde proviene la esperanza de esos extremistas de izquierda de contar con el apoyo de organismos de la Santa Sede?
No puedo dejar de preguntarme, Santo Padre, con profunda aprensión y hasta con angustia: ¿de dónde proviene la esperanza de esos extremistas de izquierda, de contar con el apoyo de organismos de la Santa Sede para llevar a cabo sus planes revolucionarios y dictatoriales?
Todo parece indicar que ellos dan por cierto que estaría habiendo una cambio de orientación doctrinaria de la Santa Sede. Un indicio de ello es que el comunicado del MST-MTE registra el hecho de que “todos los participantes hicieron reiteradas referencias e la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium” y a sus “categóricos y esclarecedores conceptos sobre a situación de los excluidos y la matriz excluyente de la economía global”.
Otro indicio es que la propia Radio Vaticano, en transmisión del 22 de enero último, se sumó a las conmemoraciones de los 30 años de fundación del MST[xxiii]. Y para eso franqueó sus micrófonos al padre Savio Corinaldesi, misionero javeriano, para quien el MST es “una luz”. Este sacerdote, utilizando expresiones de un radicalismo fuera de lo común, llega a decir que el MST es “odiado, execrado y combatido por aquellos que odian, execran y combaten al pueblo”. Y, en seguida, hace una convocatoria a que el pueblo se organice: “Pero, aún hoy, hay un mensaje que  todos debemos escuchar y poner en práctica: el pueblo sabe resolver sus problemas, y lo hace cuando se organiza (destaques míos).
¿Cómo no ver, en esa insólita transmisión de la Radio Vaticano, una triste e inadmisible secuela de lo que ocurrió en la Pontificia Academia de Ciencias?
[12] La cuestión social no es meramente económica, sino principalmente moral y religiosa
Para evitar cualquier posible malentendido, esclarezco a Vuestra Santidad que de ningún modo considero el actual hipercapitalismo globalizado como la panacea económica, y que, como católico, deploro, entre otros defectos graves de la presente economía mundial, que los beneficios básicos del progreso material no hayan alcanzado aún a muchas parcelas de la población. Pero esta no es una cuestión meramente económica.
Enseñó León XIII que la llamada “cuestión social” es principalmente una cuestión de orden moral y religioso. Dijo el Pontífice: “Algunos profesan la opinión, bastante vulgarizada, de que la cuestión social, como se dice, es solamente económica; al contrario, sin embargo, la verdad es que ella es principalmente moral y religiosa; y, por este motivo, debe ser sobre todo resuelta en conformidad con las leyes de la moral y de la religión”[xxiv].
Siendo así, una intervención exitosa de la Jerarquía Eclesiástica en el campo económico y social debería partir de la denuncia de dos vicios que están en el origen de todos los desórdenes y revoluciones modernas: el orgullo y la sensualidad[xxv].
Esos vicios alimentan los dos errores fundamentales y aparentemente opuestos de nuestra época: el utopismo colectivista y el liberalismo individualista. Porque, de un lado, generan el sueño anarco-igualitario de una sociedad sin gobierno, sin clases y sin leyes; y de otro lado, están en la raíz del liberalismo moderno, el cual rehúsa toda referencia a una verdad objetiva, a valores absolutos, a una Ley superior y, por eso, conduce a la “dictadura del relativismo”, oportunamente denunciada por el entonces Cardenal Ratzinger[xxvi].
Así, en la raíz más profunda de la crisis antropológica que hoy atraviesa la humanidad, no está simplemente la negación de derechos fundamentales del hombre, mas ella resulta de la negación de la primacía de Dios en la organización de la sociedad humana. Todo el resto es mera consecuencia.
[13] Restauración de la civilización cristiana
La actual sociedad, de inspiración laica, menosprecia los bienes del alma. Esta inspiración penetró como un veneno en Occidente a partir del rechazo del orden austero y sacral vigente en la Cristiandad cuando, según las luminosas palabras de León XIII, “la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. En esa época la influencia de la sabiduría cristiana y su virtud divina penetraban las leyes, las instituciones, las costumbres de los pueblos, todas las categorías y todas las relaciones de la sociedad civil”[xxvii].
Así, conforme igualmente a las enseñanzas de San Pío X, un verdadero retorno al orden en la sociedad humana supone la restauración de todas las cosas en Cristo — el bello lema de su pontificado: Instaurare omnia in Christo (Ef. 1,10) — y retomar el ideal cristiano de sociedad, que él magistralmente enunció. Frente a la “anarquía social e intelectual” que se propagaba a comienzos del siglo XX, el santo Pontífice señalaba la verdadera salida: “La ciudad no será construida de otra forma sino aquella por la cual Dios la construyó; la sociedad no se edificará si la Iglesia no le echara las  bases y no le dirigiera los trabajos; no, la civilización no está más para ser inventada ni la ciudad nueva para ser construida en las nubes. Ella existió, ella existe; es la civilización cristiana, es la ciudad católica. Se trata apenas de instaurarla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques siempre renovados de la utopía malsana, de la revuelta y de la impiedad”[xxviii]
En lo que concierne al levantamiento y a la regeneración de las clases operarias, San Pío X ya insistía en que “los principios de la doctrina católica son fijos” y, citando a León XIII, subrayaba la necesidad de mantener la diversidad de las clases, que es seguramente lo propio de la ciudad bien constituida, y querer para la sociedad humana la forma y el carácter que Dios, su Autor, le imprimió”[xxix] (destaque mío).
Al mismo tiempo aquel gran Pontífice denunciaba la perversidad que hay en “pretender la supresión y la nivelación de las clases” sociales — tal como lo hacen el MST y el MTE — y el cambiar las bases naturales y tradicionales de la sociedad humana por la promesa de “una ciudad futura edificada sobre otros principios”[xxx], especialmente los del igualitarismo.

[14] Los pobres rechazan la prédica revolucionaria y anhelan el orden verdadero
Por tanto, no serán los programas altermundialistas de cuño “ecológico” y neo-marxista de dichos “movimientos sociales”, los que irán a resolver la crisis económica actual y reducir la pobreza en el mundo.
Si el problema es el de la emergencia de los excluidos, Cuba es precisamente el contra-modelo a ser evitado a cualquier costo, so pena de transformar todo el mundo en una sociedad de miserables, estos sí, excluidos: ¡excluidos del bienestar, excluidos de la vida política, excluidos de la cultura, excluidos de la libertad de viajar y, sobre todo, excluidos de practicar sin trabas la religión católica en la Isla-prisión!
Los pobres no quieren para sí una tal pesadilla. Y, por eso mismo, pocos se dejan ilusionar por los devaneos de un MST o de un MTE, aunque estos se revistan, en su predicación revolucionária, con los ropajes falsamente cristianos de una Teología de la Liberación de orientación claramente marxista.
Es muy significativo que, en 2009, un sondeo del Instituto de encuestas Ibope[xxxi] haya mostrado que 92% de la población brasileña considera ilegales las invasiones de tierras promovidas por el MST; y 72% de los oídos juzgan que el poder público debería utilizar a la policía para cumplir órdenes judiciales de desalojo de los invasores. Para más de 70% de los entrevistados el MST perjudica el desarrollo económico y social, la generación de empleos y las inversiones nacionales y extranjeras. Más significativo aún, para 85% de los brasileños el derecho de propiedad privada es esencial para el País: clara muestra de que los pueblos rechazan el comunismo y su miseria.
La demagogia de la izquierda, Santidad, puede encontrar resonancia en las redacciones de ciertos diarios y TVs, en medios académicos, en la nomenklatura de los partidos políticos… y hasta — duele constatarlo — en ciertos medios eclesiásticos; pero ella no engaña a la gran mayoría del pueblo, que cada vez más se distancia de ella.

[15] Rotundo fracaso de la reforma agraria: en vez de favorecer, perjudica a los pobres
Prueba de ello es que, entre las reivindicaciones más constantes de los movimientos imbuidos de esas ideas revolucionarias siempre estuvo la implantación de una reforma agraria radical, que eliminase la grande y media propiedad, reduciendo toda la estructura rural de una nación a pequeñas parcelas de tierra que, por lo demás, en gran parte ni siquiera serían propiedad de sus ocupantes, sino de cooperativas fuertemente estatizadas.
Ahora bien, a pesar de la formidable propaganda hecha a su favor y de los ríos de dinero aplicados en ella, la reforma agraria fracasó en el Brasil. La situación económica y social en los asentamientos de reforma agraria es tan grave, que hasta ministros del gobierno reconocen que la gran mayoría de ellos se transformó en auténticas “favelas rurales”. Reconocimiento tardío, pues esa expresión había sido acuñada muchos años antes por el Prof. Plínio Corrêa de Oliveira, en su lucha continua por alertar a los brasileños sobre ese desenlace inevitable. Inevitable, sí, pues todo lo que contraría el orden natural tarde o temprano termina en desastre. Por eso dicen con razón los franceses: Chassez le naturel, il revient au galop.
No fue, pues por falta de advertencia. Desde inicios de la década de 1950, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira había notado que la propaganda revolucionaria soplaba en el sentido de la reforma agraria, la cual por fin se cristalizó en proyectos concretos al final de la década. Por eso escribió y lanzó, en 1960, en coautoría con dos Obispos y un economista, el libro Reforma Agraria — Cuestión de Conciencia, en el cual profetizó que ella desembocaría en el fracaso. Fue el marco inicial de una lucha que comportó la publicación de varios libros, manifiestos y declaraciones, así como campañas públicas de divulgación y colecta de firmas, durante las cuatro décadas siguientes, hasta su fallecimiento en 1995.
Hoy, estudiosos y profesionales competentes glosan el fracaso de la reforma agraria. Así, hace aún pocos días, el Prof. Zander Navarro, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, en artículo publicado en un gran matutino paulista[xxxii], describiendo el éxodo rural que se verifica de norte a sur del Brasil, escribió: “Y hay los asentados, que deberían ser expresivos. Al final, sería un conjunto de 1,25 millón de familias en 8,8 mil asentamientos, ocupantes de 88 millones de hectáreas, casi equivalentes al área total de Mato Grosso. Pero la reforma agraria es un rotundo fracaso: buena parte de los beneficiarios desistió, dejando raleados los asentamientos, en especial del medio del País ‘para arriba’, sobre todo en el Nordeste y en el Norte”.
Mientras los asentamientos de reforma agraria, creados en la onda de esa agitación agraria, nada producen, viviendo de las limosnas del Estado, un competente perito de la Empresa Brasileña de Agropecuaria (Embrapa) observa que la tecnología ha ayudado a los pequeños, medios y grandes agricultores, y añade: “La producción agrícola del Brasil alimenta a mil millones de personas”. Otro estudio registra que “el precio de la cesta de alimentos cayó a la mitad entre 1975 y 2010”, lo que explica el hecho de que, “en la década de 1970, la familia media brasilera gastaba cerca de 40% de la renta familiar en alimentos. Actualmente, ese valor no pasa de 16%”[xxxiii].
[16] Quo vadis, Domine?
Vuestra Santidad, actuando con calculada prudencia, va definiendo de a poco los rumbos de su pontificado. Es natural que los fieles acompañen con atención los pasos que van siendo dados en ese sentido.
Delante de las inevitables perplejidades que todo cambio de rumbo naturalmente produce, se comprende que muchos hagan, en el interior de sus corazones, la pregunta que, según la leyenda, el propio San Pedro hizo cuando, huyendo de la persecución de Nerón, encontró a Jesucristo que venía en sentido contrario: Quo vadis, Domine? — ¿Adonde vais, Señor?
Al oír la respuesta de Nuestro Señor, de que Él se dirigía a Roma para ser nuevamente crucificado, San Pedro entendió que el momento había llegado de que él mismo sufriese el martirio. Y, así, se sometió al suplicio con gran humildad, pidiendo a los verdugos que lo crucificasen de cabeza hacia abajo — según una piadosa tradición — porque no se consideraba digno de que su muerte igualase en todos los pormenores a la de Cristo.
Así, en vista de los hechos detalladamente descritos arriba, y de las perplejidades suscitadas por ellos, un fiel podría ser llevado a dirigir al Papa Francisco idéntica pregunta — Quo vadis, Domine?
¿Sería legítimo hacerlo? ¿En qué condiciones?
El Código de Derecho Canónico consagra, en el canon 212 § 3, el pleno derecho de todo fiel a la respetuosa exposición de su opinión, en esa o en otras materias: “Los fieles …tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestarla a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas”.
Lo hago, pues, en este Reverente y Filial Mensaje, convencido de que Su Santidad recibirá la presente manifestación con paternal benevolencia, y como una leal contribución para el éxito de su excelsa misión en el gobierno de la Santa Iglesia.
*          *          *
Reafirmando una vez más mi obediencia amorosa y sin restricciones, no sólo a la Santa Iglesia sino al Papa, en todos los términos preceptuados por la doctrina católica, pido a Nuestra Señora Aparecida, Reina y Patrona del Brasil, que ilumine a Vuestra Santidad y ayude a todos los católicos latinoamericanos a permanecer fortes in fide, en sus convicciones católicas y en su rechazo al extremismo de izquierda, de manera que esta Tierra de Santa Cruz continúe a ser cada vez más, junto con las naciones hermanas de la América Española, el Continente de la Esperanza, bajo las bendiciones de su querida Patrona, Nuestra Señora de Guadalupe.
Besando el anillo del Pescador, pido humildemente la Bendición Apostólica,
in Jesu et Maria

Bertrand de Orleans y Braganza
São Paulo, 8 de febrero de 2014


[i]
                        La Campaña Paz no Campo se viene destacando en el Brasil por la defensa de los principios de la propiedad privada y la libre iniciativa según las enseñanzas contenidas en los documentos del Magisterio tradicional de la Iglesia.
[ii]               http://www.feedfood.com.br/agronegocio-corresponde-37-dos-empregos-gerados-no-pais/
[iv]                http://www.adistaonline.it/?op=articolo&id=53494
[v]                 http://www.wsftv.net/Members/focuspuller/videos/joao-pedro-stedile-1/view
[vi]              http://leonardoboff.wordpress.com/2014/01/10/os-movimentos-populares-latino-americanos-junto-ao-papa-francisco/
[vii]               http://www.uel.br/grupo-pesquisa/gepal/anais_ivsimp/gt7/15_mairakubik.pdf
[viii]               http://www.mst.org.br/node/15560
[ix]              http://www.old.pernambuco.com/ultimas/noticia.asp?materia=2008610133246
[x]               http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/1995/march/documents/hf_jp-ii_spe_19950321_brasile-ad-limina_po.html
[xi]              http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/speeches/2002/november/documents/hf_jp-ii_spe_20021126_brazil-sul-iii-iv_po.html
[xii]             http://www.agendaoculta.net/2012/08/el-capitalismo-de-exclusion-y-la.html
[xiii]             http://www.cartoneando.org.ar/content/capitalismo-popular-una-variante-salvaje-del-modelo-por-juan-grabois
[xiv]             http://www.economiapopular.coop/juan-grabois
[xv]                    http://mareapopular.org/revista/agremiando-la-precarizacion-laboral/
[xvi]                   http://www.telam.com.ar/notas/201307/26546-el-papa-mando-a-buscar-a-35-cartoneros-argentinos-entre-un-millon-de-peregrinos.html
[xvii]                  http://www.noticiasdiaxdia.com.ar/noticias/val/6869-43/-carta-al-evita-desde-el-vaticano-por-juan-grabois.html#.UtMMcvSICSp
[xviii]                 http://www.casinapioiv.va/content/dam/accademia/pdf/sv123/sv123-grabois.pdf
[xix]             http://revistaepoca.globo.com/Epoca/0,6993,EPT564366-1653-5,00.html
[xx]             Carta Encíclica Divini Redemptoris, del 19 de março de 1937, § 58.
[xxi]                   http://www.cartamaior.com.br/?/Editoria/Movimentos-Sociais/Os-movimentos-populares-latino-americanos-junto-ao-Papa-Francisco/2/29947
[xxii]            http://media01.radiovaticana.va/audiomp3/00404088.MP3
[xxiii]           http://it.radiovaticana.va/news/2014/01/22/brasile:_compie_30_anni_il_movimento_%E2%80%9Csem_terra%E2%80%9D/it1-766279
[xxiv]           Encíclica Graves de communi, de 18 de janeiro de 1901.
[xxv]            Cfr. Plinio Corrêa de Oliveira, Revolução e Contra-Revolução, Parte I, cap. VII, 3.
[xxvi]           Dijo el Cardenal: “Se va constituyendo una dictadura del relativismo que nada reconoce como definitivo y que deja como última medida apenas el propio yo y sus voluntades” (Homilia en la Missa Pro Eligendo Romano Pontifice, 18 de abril de 2005http://www.vatican.va/gpII/documents/homily-pro-eligendo-pontifice_20050418_po.html
[xxvii]           Encíclica Immortale Dei, de 1° de novembro de 1885.
[xxviii]          Carta Apostólica Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910, § 11
                http://agnusdei.50webs.com/notrech2.htm
[xxix]           Carta Apostólica Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910, § 9
                http://agnusdei.50webs.com/notrech2.htm
[xxx]            Carta Apostólica Notre charge apostolique, del 25 de agosto de 1910, § 9 e 10
                http://agnusdei.50webs.com/notrech2.htm
[xxxi]           http://www.estadao.com.br/noticias/nacional,ibopecna-92-condenam-ocupacoes-do-mst,485449,0.htm
[xxxii]           O Estado de São Paulo, 22 de enero de 2014.
[xxxiii]          Notícias CNA, 2 de noviembre de 2011, Brasil e EUA: grandes potências para alimentar o mundo
                http://www.canaldoprodutor.com.br/comunicacao/noticias/brasil-e-eua-grandes-potencias-para-alimentar-o-mundo

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